Resulta un poco incomprensible que el Reino Unido pretenda reclamar soberanía sobre parte de la Antártica. Primero, por qué un país que se encuentra al otro lado del mundo se siente con derecho a apropiarse de una superficie marina de cerca de 1.000.000 de kilómetros cuadrados además de todo el Territorio Antártico reclamado por Argentina y parte del reclamado por Chile. Segundo, el Tratado Antártico de 1959, firmado por 12 países, entre ellos Chile, Argentina y el propio Reino Unido, postula la utilización de la Antártica con fines pacíficos y congela cualquier intento de reclamar soberanía. Tercero, cuál es el interés por apropiarse de un lugar tan inhóspito, inadecuado para la vida y carente, en apariencia, de atractivo alguno.
Al otro lado del mundo, en el Ártico, sucede algo similar. Rusia, Dinamarca, EEUU y Canadá luchan por demostrar que tienen derechos soberanos sobre un área declarada internacional y administrada por la Naciones Unidas.
¿Qué persiguen? ¿Existe algo en estos lugares digno de interesar a las potencias mundiales?
La superficie marina que reclama Gran Bretaña es rica en minerales, petróleo y gas, poco factibles de explotar hoy en día desde el punto de vista técnico dada la profundidad en que se encuentran pero que pueden generar réditos millonarios en un futuro próximo, además existen especies marinas en abundancia. En el territorio Ártico que Rusia reclama, por ejemplo, se estima que se encuentra la cuarta parte de las reservas mundiales de hidrocarburos. También se cree que por los deshielos que afectan al Polo Norte, próximamente podría convertirse en un paso navegable que serviría como alternativa al Canal de Suez y Ciudad del Cabo.
Hasta aquí nada nuevo, las potencias mundiales luchando por explotar la mayor cantidad de los recursos naturales del mundo para beneficio propio, y tratando de ejercer soberanía o influencia sobre lugares estratégicos. Pero ahora hay algo nuevo, porque resulta que en la Antártica se encuentra el 80% de las reservas de agua del planeta, un recurso hasta ahora relativamente abundante, pero un recurso no renovable y que irá descendiendo en abundancia hasta hacerse escaso, tal como el petróleo.
Creo que el intento británico es sólo un anticipo de un conflicto que vendrá, la lucha por el agua. Conflicto que irá aumentando la intensidad y agresividad de las potencias por hacerse de los territorios y sus recursos, y donde Chile, lamentablemente, no tiene una posición demasiado favorable. Ojalá no miren los Campos de hielo.
Al otro lado del mundo, en el Ártico, sucede algo similar. Rusia, Dinamarca, EEUU y Canadá luchan por demostrar que tienen derechos soberanos sobre un área declarada internacional y administrada por la Naciones Unidas.
¿Qué persiguen? ¿Existe algo en estos lugares digno de interesar a las potencias mundiales?
La superficie marina que reclama Gran Bretaña es rica en minerales, petróleo y gas, poco factibles de explotar hoy en día desde el punto de vista técnico dada la profundidad en que se encuentran pero que pueden generar réditos millonarios en un futuro próximo, además existen especies marinas en abundancia. En el territorio Ártico que Rusia reclama, por ejemplo, se estima que se encuentra la cuarta parte de las reservas mundiales de hidrocarburos. También se cree que por los deshielos que afectan al Polo Norte, próximamente podría convertirse en un paso navegable que serviría como alternativa al Canal de Suez y Ciudad del Cabo.
Hasta aquí nada nuevo, las potencias mundiales luchando por explotar la mayor cantidad de los recursos naturales del mundo para beneficio propio, y tratando de ejercer soberanía o influencia sobre lugares estratégicos. Pero ahora hay algo nuevo, porque resulta que en la Antártica se encuentra el 80% de las reservas de agua del planeta, un recurso hasta ahora relativamente abundante, pero un recurso no renovable y que irá descendiendo en abundancia hasta hacerse escaso, tal como el petróleo.
Creo que el intento británico es sólo un anticipo de un conflicto que vendrá, la lucha por el agua. Conflicto que irá aumentando la intensidad y agresividad de las potencias por hacerse de los territorios y sus recursos, y donde Chile, lamentablemente, no tiene una posición demasiado favorable. Ojalá no miren los Campos de hielo.
1 comentario:
Llevaba caleta escrito y se corto la luz jajajja.
weno la cosa es que aqui se ve como grandes potencias ejercen su hegemonia en el mundo desconociendo los tratados que ellos mismos han firmado, y valga que son pocos quienes se atreven a llamarles la atencion, podriamos decir que la ONU no sirve para nada. Si analizamos la situación, era una estrategia que se veia venir por parte del reino Unido y su reinita, eso explica el porque esforzarce en mandar soldados a pelear una guerra muy lejana a casa en unas islas sin aparente interes como las Malvinas. Ahora si vemos detenidamente, america del sur forjo sus fronteras en base al Utis posidetis, con exepción de Bolivia que fue creada para que Argentina y Perú no se enemistaran por un territorio rico en plata, de acuerdo a esto debian respetarse las fronteras que se habian designado para los reinos españoles en el territorio, al pasar los años los territorios han tenido que ser mejor definidos y han variado mucho, Mediterraneidad de Bolivia y Paraguay, adquisición de Atacama y tarapaca por Chile, cesión de la patagonia a Argentina, etc. pero aún según derecho hay terrenos que Chile tiene mayor legitimidad, uno de ellos aería el territorio Antartico, dado que po antecedentes historicos el Rey carlos I de españa le cedió al reino de Chile todos los terrenos al sur de copiapo, por lo cual incluye la antartida y porque además es el país más cercano a estos territorios. No digamos que lo queremos para nosotros, pero no podemos dejar pasar a un super país y Sajon para variar por sobre acuerdos que ellos mismos han propuestos en entidades que ellos dicen "funcionan", que vendrá despues si se permite esto, el espacio podría ser gringo.
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